Probablemente una de las primeras técnicas que se enseñan cuando entras al mundo de las ‘Bellas Artes’ visuales es el dibujo a lápiz. Sí, dibujos con comunes y corrientes lápices que puedes conseguir en cualquier tienda de artículos escolares. Aunque los lápices son un “instrumento” sumamente familiar para la mayoría, es asombroso ver que con un objeto tan simple e infravalorado por muchos se pueden hacer maravillas, incluso, obras de arte dignas de ser colgadas en las paredes de un museo.
Los últimos tiempos gracias al nacimiento de gran cantidad de foros y espacios en la web donde los artistas pueden compartir sus trabajos, es cada vez más frecuente encontrar dibujos de calidad hechos solo con lápices de colores. Ya no son solo garabatos de un niño que a lo mucho terminan pegados en la puerta del refrigerador con un imán, ahora son obras que es posible que miles de personas ven diariamente en fan pages de Facebook o ‘boards’ de Pinterest.
Por ese gran auge que han los ‘prismacolor’ que hay hoy en día, nos dimos a la tarea de investigar y crear un post para aquellos principiantes que quieren entrar en el mundo del arte con lápices de colores.
“En los círculos académicos del arte es común escuchar que los ‘lápices son un juego de niños’. Para los que piensan así les tengo que decir que están totalmente equivocados […] Un buen dibujo con lápices de colores requiere una destreza que probablemente un pintor al óleo o de alguna técnica pictórica tradicional no tiene: descomponer la luz para conseguir los tonos adecuados. Ellos tienen una paleta de colores muy amplia, nosotros tenemos que ingeniárnosla mezclando, sombrando o haciendo que el ojo se desvíe a una parte en particular del dibujo para que no se note la aberración cromática […] De verdad, esos pequeños detalles hacen que ame crear arte con lápices de colores.” – Dino Tomic
Consejos para dibujar y pintar con lápices de colores
- Recuerda siempre tener la punta del lápiz afilada. Puede que este sea el consejo más importante que a muchos novatos se les olvida. Los trazos con una punta afilada son mucho más precisos y limpios que con una punta plana y ‘chata’. Ese pequeño detalle marca la diferencia entre el dibujo de un profesional y el de un aficionado.
- Crea bocetos y no olvides marcar la dirección de la luz. Para no desperdiciar material y tener una idea mucho más clara de lo que vas a hacer, es bueno tener el hábito de bosquejar. Con pequeños trazos ambiguos o incluso figuras geométricas que servirán más adelante como líneas de guía es suficiente; aparte no olvide mostrar la dirección y las zonas donde impactará más la luz en el dibujo.
- Usa más de un color y crea capaz. Es muy difícil encontrar lápices con el color que deseas, para ellos los dibujantes expertos usan la famosa técnica de capas, es decir, usan varios tonos, coloreando en el orden del más oscuro al más claro para así crear tonos nuevos.
- Quita el exceso de grafito del papel. Para esto los profesionales comúnmente utilizan cepillos especiales, sin embargo una solución útil y barata (no te costará ni un solo centavo) es poner el papel en posición vertical y darle pequeños golpes sobre la mesa.
- Crear las sombras a partir de la luz. Recordando el principio de “la sombra es la ausencia de luz”, no se te olvide destacar la luz antes del sombreado. Con este consejo, además de que te ayudará a conseguir sombreados más oscuros, serán mucho más realistas.
- No te recargues sobre el papel. Error típico. Cuando dibujes intenta en todo lo posible no apoyar las muñecas de las manos sobre el papel. Si te cuesta trabajo, usa una hoja de papel para recargarte.
- Usa papel de dibujo texturizado. Cuando piensas en una hoja blanca, a la mayoría se nos viene a la mente las tradicionales hojas de impresora. La realidad es que este tipo de papel literalmente bota el grafito con el pasar del tiempo. Para evitar que tu dibujo se vea mal con los días, usa papel de dibujo; en el caso de que estés dispuesto a invertir un poco más en materiales, también es muy recomendable usar fijador para grafito cuando la obra esté terminada.
- Usa la goma de borrar lo menos posible. La goma desgasta el papel, aparte de que puede dejar manchas muy desagradables. Si tienes un error inténtalo corregir en el momento.
- Mantén uniforme los patrones de los trazos. A menos que quieras crear un efecto muy peculiar, siempre es recomendable mantener el patrón y la dirección de los trazos por todo el dibujo. Si te gusta marcar y colorear con trazos diagonales o en círculos, intenta que en toda tu obra los mantenga. Visualmente es mucho más atractivo.
- Para cubrir errores, sigue coloreando. El famoso “lápiz blanco” de las cajas de colores de verdad es útil a diferencia de lo que muchos creíamos cuando éramos niños. Cuando el dibujo esté casi terminado y quieras corregir algo, sigue coloreando. La corrección más común es jugando con los sombreados y la luz, o sea, usando los lápices negro y blanco.
- Toma descansos y no termines el dibujo de golpe. Es cierto que una parte fundamental para ser un buen artista es ser disciplinado, sin embargo no te obligues a terminar un trabajo ‘de golpe’, en especial cuando ya estás agobiado. Con pequeños descansos se despejará tu mente, aumentará tu creatividad y probablemente veas detalles que no habías visto antes.
- Consejo extra: revisa de nuevo que está afilado el lápiz. Sabemos que ya se mencionó esto en el punto número 1, sin embargo no se puede olvidar. Cada cierto tiempo pasa tu dedo índice sobre la punta para ver si está lo suficientemente afilada. Como consejo extra usa un cutter en vez de un sacapuntas (tajalápiz, tajador, afilador, etc).
Parafraseando y citando las palabras del legendario Bob Ross, solo nos queda decir: ¡Felices trazos!
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