Para muchos, Edvard Munch es uno de los artistas más importantes del siglo XIX y XX, ya que se salió de todos los estilos establecidos para crear su propio arte.
Mientras tanto, para muchas otras personas él solo es el artista que pintó “El grito”, que por cierto, es su obra más conocida.
Aun así, Munch es un artista muy interesante y que vale la pena conocer más a fondo. Por eso, el día de hoy te traemos una lista de 15 datos importantes, curiosidades y detalles sobre la vida y obra de Edvard Munch.
1 Su origen
Munch nació en un frío día de diciembre de 1863. El lugar de su nacimiento fue Adalsbruk, un pequeño pueblo localizado al sur de Noruega.
En cuanto a su familia, su madre era originaría de una familia de artistas, por lo que se puede decir que su talento lo heredó de ella. Mientras tanto, su padre era un médico con una personalidad bastante religiosa (ya que su papá era ministro), pero en general se consideraba de un carácter positivo. Por cierto, Edvard dijo más adelante que su locura venía de su padre.
A los 5 años Munch perdió a su mamá a consecuencia de la tuberculosis, algo que directamente lo marcó el resto de su vida.
2 Tuvo una niñez demasiado trágica
Como se mencionó en los párrafos anteriores, la mamá de Munch murió cuando él era solo un niño, pero la tragedia no se limita solo a este episodio.
Unos cuantos años más tarde, su hermana Johanne Sophie, también murió de tuberculosis. Mientras tanto, su hermana menor, Laura, acabó en un hospital psiquiátrico a consecuencia de sus problemas mentales.
De acuerdo con algunas investigaciones, tanto el padre como la madre de Edvard sufrían de problemas psiquiátricos, por lo que al final es probable que heredaran estas condiciones tanto él como sus hermanos.
3 La tragedia fue lo que lo convirtió en artista
A consecuencia de lo caótico y trágicos que fueron sus primeros años, aquel joven Edvard se pasaba meses enteros solo durante el crudo invierno noruego, incluso sin siquiera ir a la escuela. Fue ahí donde empezó a nacer su interés por el dibujo.
Más adelante este hábito lo mantuvo, al punto de que en vez de poner atención en las clases, se la pasaba todo el tiempo dibujando.
4 Su padre no apoyaba su intensión de convertirse en artista
A la edad de 16 años, Munch ingresó a una escuela técnica a estudiar una ingeniería. Fue ahí donde aprendió distintas técnicas de dibujo, como manejo de proyecciones y perspectiva, así que –en cierto modo– esto mantuvo su interés para convertirse en artista.
Sin embargo, a consecuencia de sus ya constantes problemas de salud, al final abandonó la carrera. Fue ahí cuando le dijo a su padre su intensión de convertirse en artista, pero él al ser una persona con una formación tan religiosa, lo consideraba como un “trabajo profano”, por lo que se mostró en contra.
Al final Munch no le hizo mucho caso y terminó inscribiéndose a la Real Academia de Arte y Diseño de Noruega, que por cierto, uno de los fundadores fue uno de sus familiares cercanos: el pintor neoclásico Jacob Munch.
5 El origen de su estilo
La primera gran influencia de Edvard Munch era el impresionismo, en especial sentía gran fascinación por los trabajos de Manet.
Esa necesidad por plasmar las emociones hizo que al final se terminara alejando del impresionismo para crear así su propio estilo. Por ejemplo, en su pintura “La niña enferma” de 1886, se puede observar como se separa completamente de los ideales impresionistas para enfocarse en un estilo más personal.
Por eso, muchos lo consideran como un expresionista temprano.
6 Munch ¿Fue el primer pintor expresionista?
Como bien hemos visto en otros artículos, el expresionismo nace en el siglo XX como una especie de reacción a todos los movimientos artísticos que se venían dando en los últimos 40 años.
Sin embargo, en el caso de Edvard Munch, aunque siempre se consideró como simbolista (algo que es cierto en muchos de sus trabajos), en realidad ya tenía obras expresionistas incluso antes de que existiera el mismo término.
Como se puede observar en las pocas obras iniciales que quedan, él aparentemente evitaba hacer representaciones fieles o fáciles de interpretar, sin embargo, se enfocaba más en el movimiento y la ambigüedad. Es decir, estaba haciendo lo mismo que los expresionistas de unas décadas más adelante.
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7 Su trabajo no fue tan apreciado en sus inicios
Los trabajos de Munch siempre se han caracterizado por ser innovadores y completamente diferentes a lo que la mayoría hacía en el momento. Si bien, hoy en día esto se considera como una virtud, en un inició le hizo ganar rechazo.
Por ejemplo, uno de sus primeros trabajos que hizo en la academia de arte, fue un retrato de uno de sus compañeros. Esta obra aparentemente inocente, era tan diferente que ganó críticas y burlas. Para dar una idea, una de las reseñas decía que era una parodia de un retrato impresionista.
Por cierto, esta obra se encuentra actualmente en la Galería Nacional en Oslo.
8 El grito tiene muchas versiones
Es normal que las pinturas famosas tengan diferentes versiones hechas por otros artistas, por ejemplo, eso pasa mucho con la Mona Lisa. Sin embargo, en el caso del “El Grito”, fue el mismo Munch quien hizo muchas versiones distintas de la obra.
Hoy en día se considera que hay 5 versiones originales: cuatro pinturas y dibujos a color y una base litográfica a blanco y negro.
Por lo tanto, la versión más conocida que conocemos hecha al temple sobre cartón, no es más que parte de una serie más grande.
9 Su vida cambió luego de una crisis
El mayor cambio no solo de su carrera como artista, sino también de su vida, se dio en 1902, luego de una exposición que hizo en Berlín.
En general las criticas que había recibido eran buenas, incluso algunos lo consideraban como uno de los mayores artistas de la época. Sin embargo, ese éxito –paradójicamente– lo llevó a la decadencia, ya que se la pasaba tomando más de lo debido y luego de unos meses acabó en un colapso mental.
El punto más alto de la crisis lo tuvo en 1908, cuando acabó hospitalizado en una institución psiquiátrica a consecuencia de que escuchaba voces en la cabeza.
Un año más tarde, luego de que salió del manicomio, volvió a pintar, pero ahora su estilo era completamente diferente.
10 Después de la crisis, empezó a pintar paisajes
Su estilo después de este episodio dio un giro de 180 grados. Por ejemplo, casi todas las pinturas que hizo en los años siguientes eran paisajes con colores más brillantes.
Algunos aseguran que a partir de aquí su estilo empezó a decaer, pero otros ven en sus obras de esta época su felicidad y paz interna, aunque en el exterior le constaba expresarlo.
11 Hitler lo odiaba
O al menos sus cuadros.
Igual que sucedió con Kandinsky, Hitler y el partido Nazi consideraban las obras de Munch como una representación del “arte degenerativo” y de mal gusto. Así que una enorme cantidad de cuadros que se encontraban en museos y galerías públicas en toda Alemania, terminaron removidas e incluso destruidas.
De acuerdo con el sitio web Mentalfloss, esto es lo que consideraba Hitler sobre la obra de Munch:
“Esa cosa que llaman arte es algo hecho por barbaros, gente de la Edad de Piedra. Cuando lo veo solo imagino que la persona que lo hizo vive en una cueva o está mal de la cabeza”.
Curiosamente y a pesar de todas las críticas, mientras estaba la invasión Nazi en Noruega, ellos mismos fueron los que organizaron el funeral de Munch en 1944. Según se cuenta, la razón de este sorpresivo “cambio de opinión” se debió más a una estrategia de propaganda que otra cosa.
12 Era un fanático de la fotografía
Incluso solía hacerse selfies.
Si bien, se tiene registros de Munch diciendo de que la fotografía nunca iba a competir con el pincel y el lienzo, en realidad eso no quitaba su gran interés que tenía en esta tecnología.
Ya que para aquel entonces las cámaras fotográficas eran algo totalmente nuevo, Munch pasó mucho tiempo experimentando. Entre las cosas que más solía hacer era tomarse autorretratos con diferentes poses, por lo que en cierto modo es una de las primeras personas de la historia que se hizo una selfie.
13 De forma indirecta, fue un artista muy influyente en el arte occidental
Durante el mejor momento de su carrera, sus obras acabaron por toda Europa y Estados Unidos, incluso ganó cierto aprecio por artistas de esta época.
Uno de los casos más conocidos es el de un grupo de artistas franceses que se referían a sí mismos como los «fauves» o las «bestias salvajes», que, en cierto modo, siguieron buena parte del estilo de Munch.
De acuerdo con distintos críticos e historiadores de arte, el uso de colores falsos por parte de los fauvistas probablemente venga de los trabajos de Edvard Munch.
14 Sus obras están por toda Noruega
Hasta hay un chiste local que dice que por ley, en todos los edificios de gobierno debe de haber al menos un cuadro de Edvard Munch.
Munch es sin duda uno de los artistas más apreciados en su país natal, al punto que le dieron los máximos honores en vida. Hoy en día es posible encontrar sus obras en casi todos los museos de arte, palacios, ayuntamientos e incluso universidades del país, pero es en el Museo Munch donde se encuentran al menos la mitad de sus trabajos.
Por cierto, todas las obras que había recolectado para que no se las robaran los Nazis cuando invadieron Noruega, después de su muerte fueron donadas a la ciudad de Oslo.
15 Creó más de 1700 pinturas
1789 para ser exactos.
Según lo muestra un estudio hecho por Gerd y Woll en el 2008, se tiene un registro de 1789 pinturas que son atribuidas generalmente a Munch, eso sin contar algunos grabados o bocetos.
También se sabe que al menos 50 pinturas, en especial de sus inicios, se perdieron. Otro caso particular fue un estudio sobre desnudos hecho a finales del siglo XIX que también está desaparecido.