¿Por qué pinturas que parecen pintadas por niños valen millones?

30 Nov 2016
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Por Charlie Araiza

El mundo del arte está lleno de obras de todo tipo. Desde genialidades que estuvieron adelantadas a su época, hasta trabajos de dudosa reputación. Así funciona el arte

Sin embargo, con nuevos movimientos artísticos no tan fáciles de ‘digerir’ por la mayoría, como por ejemplo el arte abstracto y el Pop art, hace que muchos de los que no estamos relacionados con los círculos artísticos más formales nos hagamos la pregunta: ¿Qué es lo que hace que una pintura valga tanto, aunque parezca que cualquiera la puede hacer (incluso hasta un niño)?

La respuesta a esta pregunta aparece en libros, ensayos, artículos y en decenas de discusiones en portales como Quora, Yahoo Anwsers y DeviantArt. Si bien, la mayoría de los argumentos van por caminos distintos, al final todos convergen en dos principios: la subjetividad y el valor del mercado.

El valor cualitativo

Una obra es valiosa y al mismo tiempo una basura

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Se sabe que el arte es totalmente subjetivo y no hay que ser un experto para entenderlo. Sin embargo esta idea apenas se está aceptando, ya que hasta hace apenas un par de siglos –para ser específicos, antes de la invención de la fotografía– la técnica y su aproximación hacia la realidad eran lo que le daban el valor a una pintura.

Hoy en día algunas de las pinturas más valiosas como el “No.5 1948” de Jackson Pollock o el “Royal Red and Blue” de Mark Rothko son inentendibles para el ojo que no está acostumbrado, pero eso para nada disminuye el precio tan alto que tienen.

En otras palabras, lo que puede ser para ti una porquería, para otro es una obra maestra. Lo importante siempre será lo que le transmite al espectador adecuado.

¿Quién fue el artista?

"Las dos Fridas" (1939) Una de las obras más conocidas de Frida Kahlo

«Las dos Fridas» (1939) Una de las obras más conocidas de Frida Kahlo

Un Van Gogh vale como un Van Gogh porque es de Van Gogh. Un Juanito Pérez vale como un Juanito Pérez porque es de Juanito Pérez.

El precio de un Van Gogh es invaluable, el precio de un Juanito Peréz también lo es (es porque no vale nada). Incluso el buen de Juanito si se pusiera a hacer reproducciones de un Van Gogh es probable que gané más que con sus obras originales. Al final, la mayoría de las veces es el artista el quien dicta el valor de una obra.

Explica el crítico de arte Douglas Tarlow:

“El arte no se trata siempre de la hermosura, en realidad la mayoría de las veces no importa la perfección técnica. Su valor está no solo en la obra en sí, sino que también en todo lo que tiene detrás […] Por ejemplo, una carta de John Lennon que fue escrita en una servilleta se subastó por $100 mil dólares en Nueva York, mientras que una bella carta creada por un caligrafista no vale más de 5 dólares”

Importancia histórica

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A menudo se escucha que el “arte no es más que el capricho del artista”, sin embargo no siempre es así.

Cualquier cuadro se puede catalogar en una corriente temporal. A su vez, esta obra comparte ciertos atributos con trabajos de otros artistas (técnicas, estilos, temas,m etc). A esto se le llama movimiento artístico. Cuando se habla un movimiento segmentado, en una locación geográfica y tiempo definido, se le llama como escuela artística.

No siempre son los artistas precursores de los movimientos y las escuelas los que más se valoran en el mercado, pero sí aquellos que pasaron a la historia por su impacto.

Otro factor histórico que impacta en el valor de un cuadro es ¿quien ha sido dueño de esta pintura? O sea, un cuadro que perteneció a la nobleza de algún país vale más que una que estuvo colgada en la sala de un narcotraficante.

Valor emocional

‘Niños’ – Acuarelas de Ali Cavanaugh 7

Pinturas de Ali Cavanaugh

El aspecto emocional no se puede olvidar mencionar.

Los compradores en ocasiones les dan un significado emocional a las pinturas. Esto puede ser el recuerdo de una etapa particular de sus vidas o una emoción fuerte que les transmite al verlas.

Ese significado puede hacer que una obra que muchos no den ni un centavo por ella, multiplique su precio exponencialmente (eso sí, se necesita un comprados muy adinerado para que suceda).

El precio final

Toda pintura está sobrevalorada intencionalmente

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El mercado del arte está repleto de verdaderos y falsos críticos, subastadores habilidosos y errores históricos que pueden hacer que una pintura que vale unos cuantos dólares en una venta de garaje, termine costando millones en una gran subasta.

Esta inflación en el precio se ha hecho de forma intencional desde hace siglos para proteger la integridad del artista y los intereses de los mercaderes de arte. Por lo tanto, los precios están inflados desde un inicio.

El arte son activos

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Algunos multimillonarios les gusta gastar su dinero en enormes mansiones, otros prefieren invertirlo en la bolsa de valores, de la misma forma hay personas que se inclinan por invertir en obras de arte como si fuera un activo. Es decir, un valor en especie dentro de su patrimonio.

Una de las ventajas que tiene el arte a diferencia de muchos otros bienes es que las obras nunca se devalúan; inclusive suben de precio a través de los años.

Escases: ley de oferta y demanda

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La mayoría de las manifestaciones artísticas u objetos que tienen un valor histórico (pinturas, esculturas, documentos, etc), son únicos e irrepetibles. Da igual el número de copias e intentos de falsificaciones que se hagan, al final lo único que realmente vale es el original.

En los principios de la economía hay algo que se le denomina la “ley de la oferta y la demanda”. Es decir, cuando hay poca oferta de algún producto y muchos posibles compradores, el precio aumenta.

Además la idea de que ‘una obra aumenta su valor cuando el artista muere’ es totalmente cierta. Por eso rara vez se ven cuadros de artistas vivos con precios tan altos.

Popularidad

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¿Qué tan reconocido es el cuadro? ¿En cuántos libros de historia del arte aparece? ¿Qué tan aclamado es por los críticos?

Entre más conocido sea un cuadro, mayores serán sus posibilidades de monetización. Así mismo, la demanda aumenta y los precios llegan hasta las nubes (haciendo referencia al punto anterior).

Como mencionamos anteriormente, La Gioconda (Mona Lisa) es sin duda la pintura más conocida del mundo, pero también es la más cara ya que genera millones de dólares al año únicamente en entradas para verla en vivo.

Proceso de valoración: subastador y comprador

El proceso de compra-venta en el arte suele ser bastante complejo y difícil de entender. Es decir, aunque en los catálogos de las galerías se da un precio de salida “aproximado”, a la hora de las subastas esa cantidad puede subir o bajar drásticamente.

Cuando se venden obras en subastas es porque hay más de un comprador interesado. Es en esas energéticas pujas cuando alcanzan valores inimaginables aquellas obras “que parecen garabatos”.

Rara vez en compras directas se llegan a cifras exageradas como en las subastas, así que muchos aseguran que es aquí cuando entiendes el valor real de una pintura.

Conclusión: Yendo al grano ¿Por qué son tan caras?

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Resumiendo el artículo, estas son las razones principales.

  • El mercado es el que pone el precio, no solo una persona.
  • Alcanzan cantidades tan altas únicamente en subastas.
  • Los coleccionistas de arte tienen presupuestos muy altos, por lo tanto los precios están “inflados” desde el inicio.
  • Hay al menos dos personas adineradas o instituciones reconocidas dispuestas a conseguir esa obra a cualquier costo (aumentan las pujas en subasta).
  • Son de un artista reconocido.
  • Son piezas únicas (auténticas en cuanto a estilo, técnica, etc.).
  • Tienen un valor emocional para el comprador.
  • Lavar dinero (algo cada vez más común).
  • Son un activo que no se devalúa con el tiempo.

Por cierto, este es nuestro artículo número 500 en ArteFeed 🙂 Gracias por acompañarnos.

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