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Los últimos años aunque el arte se ha ido diversificando a pasos agigantados, hay clásicos que todo mundo sigue apreciando. ¿A quién no le gusta un buen retrato hecho al óleo? Si el tuyo es el extraño caso de que no te llama tanto la atención este estilo de arte, te recomiendo que le eches un vistazo a las siguientes obras porque realmente son fantásticas.
El artista en cuestión que vamos a hablar el día de hoy es Osamu Obi, un destacado pintor de japonés nacido en la prefectura de Kanagawa en 1965. Estudió Bellas Artes en la Universidad de Arte Musashino y se especializó en pintura al óleo. Actualmente también trabaja como profesor en dicha institución.
A lo largo de 20 años, Osamu ha ido puliendo su estilo hasta llegar al resultado que podemos ver en sus cuadros hoy en día. Sus pinturas son una oda a la perfección técnica y a la belleza del arte figurativo. En ellas busca retratar figuras típicas pero con una perfección digna de un maestro de la pintura.
En sus retratos lo que más destaca desde el inicio es la forma en que captura las emociones de sus modelos. Dejando de lado la perfección de las poses y la composición en sí, pinta un pedazo de realidad como si fuera una imagen estática volando en el espacio tiempo.
Obi ha dado exposiciones tanto individuales como colectivas, además ha ganado premios importantes en su país natal como en otras regiones del mundo. En la actualidad, según menciona en su sitio web, busca desarrollar todavía más su sentido de la estética y perfeccionar su ya de por sí sublime técnica.
Un artista que sin duda vale mucho la pena seguirle la pista.
Para conocer más sobre Osamu Obi, visita su página web oficial.
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